Querido Rubén, disculpa el atrevimiento por escribir estas líneas.
Hoy sólo sé que una nueva estrella ilumina nuestro Universo. Siendo consciente del momento, de la tristeza que te embarga y del duro trago que estáis viviendo tanto tú, como tu familia, no puedo dejar de intentar imaginar como sería aquella persona que te dio la vida…
Mi referencia eres tú y por lo tanto, puedo imaginar cómo era él.
La obra de arte que ha dejado en nuestra familia FUCSIA seguro que es un referente de lo que fue él.
Allá donde esté, estoy seguro de que sentirá un orgullo indescriptible por su legado.
Mira Rubén, hace unos días nuestra querida Marisol me escribía lo siguiente:
«Hola, tengo que decirte que no se puede soportar tanta grandeza en una sola persona… esa persona es Rubén»
Imagina Rubén, cuantas muestras de cariño y apoyo te hubiéramos querido hacer llegar en estos difíciles momentos, sin embargo, el espacio y la distancia que nos separa y la calma que te debe acompañar los próximos días, nos aconseja precisamente eso, dejar un espacio y que ocupes tu tiempo arropando a tus seres más queridos.
Rubén, eres una persona muy querida en nuestra familia. El aprecio y admiración que te has ganado no está, probablemente, a la altura de lo que te mereces.
No le conocimos, sin embargo la próxima mirada hacia el cielo oscuro, me dirigiré a una estrella, tal vez sea la de él y le daré las GRACIAS por habernos dado la oportunidad de conocer y disfrutar de su hijo.
Un fuerte abrazo y mi más sentido pésame a toda la familia.
Toma tu tiempo y aquí estaremos para seguir disfrutando de tu calidad humana.
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